Por fin un debate en el Parlament para cambiar la ley electoral y que, con ella, los ciudadanos se sientan mejor representados.
De momento sabemos dos cosas, ambas malas:
1.-No habrá
listas abiertas.
2.-Montilla y Mas están bastante
de acuerdo en casi todo.
Parece bastante claro que acabaremos con un
sistema electoral alemán. Para quien no quiera leerse el tocho, el sistema se basa en:
1.-El parlamento se divide en dos, una parte para voto directo a persona y otro para voto a partidos.
2.-El voto a partidos determina el porcentaje que tiene cada partido en el total del parlamento.
3.-El voto a persona decide quién va a ocupar los escaños correspondientes a una región.
Explicación del resumen:
a) Existe circunscripción única real. Es decir, que si un partido saca el 6% de los votos tendrá el 6% (aproximadamente) de los escaños. Así se soluciona el problema de "voto inútil" (por ejemplo, votar a IU en Zamora en las elecciones estatales, ya que sólo hay 4 escaños en juego e IU nunca sacará un 25% de votos).
b) Votas directamente a la gente que ocupará el escaño de tu región, por lo que conoces a quién votas, y puedes "pedirle cuentas".
Personalmente, opino que este sistema es infinitamente mejor que el actual, pero favorece a las regiones más pobladas por tener circunscripción única. Además, la gente de voto directo puede ser gente no adscrita a un partido o gente que, aún estando adscrita a un partido, tenga que votar diferentemente a éste alguna vez, ya que se le ha elegido en una zona por algo.
De todas formas, preferiría un sistema de listas abiertas, donde se favorezca el voto libre de los diputados la mayoría de veces. Si os fijáis en la política estadounidense, muchos senadores y diputados votan "contra" su partido porque si no sus electores les dejarán de votar. Ejemplo práctico: Diputado republicano por Texas, siempre votará en contra de las leyes "verdes", porque es republicano y punto. Diputado republicano por California, vota a favor de las leyes "verdes" porque si no, no se comerá un "cagao" nunca más.
Y puestos a soñar: que desaparezcan los partidos.